Mi primer drone


Mi primer drone era muy chiquito. Medía unos 6 o 7 centímetros. Era de los que se llaman nano drones. Me lo había comprado por internet y ansiaba su llegada. Luego de 15 largos días llegó. En ese momento estaba enfermo, pero no me importó y salí corriendo de la cama a recibirlo. Tomé la caja, le dije gracias al comisionista y me apuré a abrirlo y ponerlo a cargar. Mientras tanto, intentaba leer los estúpidos manuales en chino. Entonces, cuando se cargó, sin esperar más tiré los manuales a la basura. Eso fue mi peor error, ya que no tenía ni la menor idea de cómo manejarlo (al recibirlo, yo había prendido el mando y comenzado a tocar los estabilizadores). Todo emocionado paré el drone en el piso del garaje, lo aceleré y salió disparado contra la pared y se partió al medio. Yo lloré por media hora culpándome por ser tan idiota, aunque después de un tiempo, un técnico me explicó que estaba fallado y los estabilizadores se habían quedado trabados. Así terminó mi famoso primer drone. Destruido. Aún sigo guardando sus restos con la esperanza de poder reciclarlo…

                                           

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